El miércoles, 5 de marzo, es Miércoles de Ceniza y
Las cenizas nos recuerdan:
El origen del hombre: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Gen 2,7).
El fin del hombre: «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Gn 3,19).
La ceniza es un signo de humildad, nos recuerda lo que somos.
Las cenizas, como polvo, son un signo muy elocuente de la fragilidad, del pecado y de la mortalidad del hombre, y al recibirlas se reconoce su limitación; riqueza, ciencia, gloria, poder, títulos, dignidades, de nada nos sirven.
La costumbre de imponer la ceniza se practica en
Al inicio del cristianismo se imponía la ceniza especialmente a los penitentes, pecadores públicos que se preparaban durante la cuaresma para recibir la reconciliación. Vestían hábito penitencial y ellos mismos se imponían cenizas antes de presentarse a la comunidad. En los tiempos medievales se comienza a imponer la ceniza a todos los fieles cristianos con motivo del Miércoles de Ceniza, significando así que todos somos pecadores y necesitamos conversión. La cuaresma es para todos.
Cómo se impone la ceniza
La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar en la misa, después de la homilía. En circunstancias especiales, por ejemplo, cuando no hay sacerdote, se puede hacer sin misa, pero siempre dentro de una celebración de
Las cenizas son impuestas en la frente del fiel, haciendo la señal de la cruz con ellas mientras el ministro dice las palabras Bíblicas: «Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás», o «Conviértete y cree en el Evangelio».
Celebremos juntos el miércoles 5 de marzo el inicio de la Cuaresma.
Santa Misa a las 20:30 horas.
Iglesia de San Antonio de Padua.
C/San Vicente 91.
Sevilla.